martes, 3 de julio de 2012

Carta a Andrés Manuel López Obrador



Licenciado Andrés Manuel López Obrador:

Usted, como hombre educado, inteligente, de ideales profundos y compromisos morales sabe que a veces se gana y a veces se pierde. Pero sabe también que no es lo mismo ganar o perder que ser un ganador o un perdedor. Usted ha hecho más cosas por México que nadie desde las épocas de las construcciones institucionales del País. Usted ha definido la identidad de México, le da ha dado un sentido y un proyecto. Esto a pesar de que no sea el presidente de México. Usted es un ganador porque ha unificado no sólo los corazones de los que creen en usted, sino de sus propios enemigos, que queriendo o no, han descubierto que usted representa el futuro de México, que usted es el símbolo de la grandeza mexicana. Quizá no se note a simple vista, pero sus proyectos y su lucha germinan no sólo en los partidos progresistas, sino también en los partidos conservadores como el PAN y el PRI, e inclusive en los partidos de cascajo y cháchara como el PANAL y el PVEM. Usted, a pesar de no haber ganado la presidencia de México –por las razones que sean: el fraude del 2006; la campaña sucia y el lavado de cerebro del proyecto Hancock–; usted, repito, es el referente de progreso, de libertades cívicas, de democracia y de fraternidad,; aun cuando sus enemigos sonrían de satisfacción, no se dan cuenta de que el germen de la democracia lo ha dejado a lo largo de su carrera presidencial en México, incluyendo en ellos, que lo desprecian. Es usted un triunfador, un ganador que ha ganado y ha perdido; perdió cuando en el 2006 subestimó a los poderosos y no dialogó con ellos como candidato; cuando decidió, en lugar de aprovechar su enorme popularidad para generar instituciones alternativas de movimientos sociales, decidió plantarse y abandonar a una izquierda que sin usted no tiene referencia. Pero ganó, porque ha habido un impresionante avance en la consciencia ciudadana, los jóvenes tienen un interés que antes no tenían, se ha logrado el triunfo en Tabasco que es un golpe fuerte al PRI y en Morelos; su proyecto crece del centro hacia el sur y se expande, no sin las dificultades de una plutocracia y oligarquía que no piensa en el país sino en el dinero. A pesar de ello, usted logró que hoy el movimiento progresista, y las llamadas izquierdas sean el segundo grupo de poder representativo en el país. Pero eso sólo es lo tangible: detrás de eso está el germen revolucionario que ha sembrado. Un despertar que se percibe no sólo entre las clases medias y pobres, sino también entre los ricos que comienzan a entender que México puede vivir una democracia, alternar y prosperar. Su lucha fue titánica: no sólo tuvo que enfrentar a un candidato fabricado desde el 2005 con recursos ilimitados sino que además debió rehabilitar una imagen de intolerancia que le persiguió después del fraude del 2006. Como Ave Fénix resurgió de las cenizas para poderle dar nuevamente a las izquierdas aquello que perdieron cuando usted dejó de dirigirlos y que se vio en las elecciones intermedias. Hoy toma el control de dos gobiernos importantes y reafirma el gobierno del Distrito Federal; hoy hace parte de la alternancia dos Estados que históricamente han vivido la corrupción en su más alto nivel y con marginación política increíble: Morelos y Tabasco. Usted debe reconocer que ha hecho por México lo que no se había hecho en siglos. Lo que usted representa va más allá de la farsa de una revolución malograda. Usted ha traído inteligencia y crítica a un pueblo enajenado por la corrupción histórica.

            Es usted un ganador por su convicción social y política, por su familia –tuve la fortuna de leer la carta que escribió su esposa para los medios escritos– y resulta evidente que es una formidable mujer, tan fuerte y valiente como usted. Lamento que aquellos sueños de desarrollo nacional no puedan llevarse a cabo. Estoy convencido de que todo ello hubiese sido posible y a la larga nos pondría en el lugar de grandeza que se merece México. Pero aun así, utilizando su inteligencia, puede lograr que esos proyectos vean la luz y germinen hasta ser fuertes. No permita que la frustración, que la corrupción, haga que nuevamente abandone un proyecto que ha generado tanta riqueza política, intelectual y social. Deseo de corazón que asuma su calidad intachable de líder social, político y moral para continuar trabajando por México y con México. Hoy más que nunca, México necesita a una persona de sus capacidades, vigilante y crítico. Aproveche los logros que tiene para construir un movimiento progresista perdurable y que no desaparezca entre protestas, descalificaciones y desesperación. Sea como sea que haya ganado el PRI, la realidad es que nada lo va a cambiar. México no necesita más sangre; ya Felipe Calderón nos ha regalado más de 60 mil muertos, México no necesita más división, de eso ya se han encargado los medios de comunicación corruptos y al servicio de un cada vez más estrecho grupo de hombres poderosos. Lo invito a pensar en México para el Mundo; en el Mundo para México; en nuestras comunidades indígenas, en nuestros cinturones de miseria tan abundantes, en nuestra cada vez más miserable clase media, en nuestro pequeños y medianos empresarios y también, por qué no, en aquellos empresarios que han logrado llevar el nombre de México alrededor del mundo.

            Repito que usted es el gran ganador de estas elecciones. Lo fue antes de que se supieran los resultados. No va a ser presidente, por lo menos no en el 2012, pero tiene frente a usted el poder que no tiene Carlos Slim, que no tiene Elba Ester Gordillo, y que, ciertamente no tiene Peña Nieto. No lo desprecie por la frustración de un fraude. Usted mejor que nadie sabe que México así ha funcionado por siglos, pero también, sabe, que usted ha cambiado eso de manera significativa. Y que lo que los mexicanos pensamos que era imposible, usted lo logró a pesar de tener al cuarto poder en contra, a pesar de tener al gobierno en contra y a pesar de los fantasmas de sus errores persiguiéndolo.

Usted es un gran hombre, único, incomparable históricamente. Espero que sepa utilizar su poder para hacer grande a México y no para dividirlo.

sábado, 23 de junio de 2012

Carta de la Sra. Nina Fernandez de la Garza a Josefina Vazquez Mota

Me tomo la libertad de postear la carta que anda circulando en internet de la Sra. Nina Fernandez de la Garza. No sé quién es, no sé si tiene qué ver con los Garza, dueños de uno de los grupos empresariales más importantes del siglo pasado, y que por sus actividades políticas fue asesinado el Sr Eugenio Garza Sada durante la crisis de Echeverria y Ordaz.
Aun no siendo nada de la familia Garza Sada, su escrito, aun fuera anónimo, describe de manera crítica y clara la verdadera situación del PAN, de Josefina Vazquez Mota; de la "alternativa" priista y el gran valor de Andrés Manuel Lopez Obrador frente a los otros candidatos.
Me gusto la carta y creo que vale la pena tener la como referencia de esta época histórica.



Querida Josefina,

Toda mi vida he votado por el PAN. Había creído, y lo sigo creyendo, que el PRI es una forma de hacer política que no se merece este país, mi querido México. Voté por Maquío, voté Fox y voté por Calderón; y lo había dicho con orgullo. En público y en privado.
Créeme que te he escuchado, y mucho. Te he analizado a fondo, te he apoyado con mi grupo de amigas, con mi familia y en mi trabajo. He sido tu seguidora desde la precampaña, y hasta te he acompañado a tus mítines en ciudades y estados vecinos.
Pero después de 3 meses hay cosas que simple y sencillamente ya no me cuadran. Que la fe no me alcanza para pensar que ahora, a escasas horas de que termine la campaña, realmente merezcas mi voto y el de algunos mexicanos y mexicanas que aún te apoyan. Te escucho, y como siempre, quisiera creerte. De verdad. Pero ya no sé si puedo:
Prometes que ahora sí, después de 12 años, el PAN combatirá a los monopolios y a los grupos de poder que tienen en los últimos niveles de competitividad al país. Los que no nos dejan competir con China o Brasil. Sin embargo, en los hechos amiga, utilizas los jets privados y los recursos económicos que los propios monopolios te prestan para hacer campaña a lo largo y ancho del país. Tienen razón, es difícil creer en una Candidata que antes de ser electa, ya les debe muchos favores y que gracias a éstos, no tendrá la autoridad moral para poner en orden la casa. Me molesta aceptarlo, pero AMLO sí.
Quizá ignorar esto, y me fui a tus propuestas. Presumes repetitivamente tus logros como parte de tu paso por la SEDESOL. Pero sabes, por más que le busco, no he podido encontrar alguna evidencia, algún dato que lo demuestre. Seamos honestas Jose, no se pudo combatir la pobreza, ni se logró abatir la desigualdad, ni se lograron las metas en pisos firmes o en la regeneración de espacios públicos. Es más, ni siquiera se logró mejorar la seguridad o la cobertura de las estancias infantiles, y por el contrario, ahí está el caso de la guardería ABC, en el que a pesar de que me encantaría creerte, cada vez se me hace difícil que no tengas alguna responsabilidad al respecto. Me duele amiga, pero tu paso por esta dependencia fue gris y no hay muchos logros con los que pueda convencer. Del otro lado, y aunque me choca, hasta la propia OCDE y la ONU demuestran que AMLO sí.
Prometes que ubicarás a la educación como punta de lanza del país. Lo dices muy bonito en los debates, en los que por cierto, has mejorado muchísimo y te felicito. Pero para convencer con hechos, busqué que hayas demostrado con claridad que eras enemiga de Elba Esther, y ¿qué me encuentro, Jose? Que la llamas comadre, mi cómplice, mi socia, “mi amiga”. Desesperada, busqué tu equipo a tu paso por la SEP y me encuentro que el yerno de esa señora fue tu Subsecretario, y que todo mundo decía que era tu preferido. Frustrada, busco en Internet evidencia de mejora en educación, algún dato para presumirte. Pero todos dicen lo contrario: que el país está a la deriva. Busco razones para convencer a mis conocidos, y todos me responden que si no vi la de Panzazo. Quise creerte amiga, pero la verdad no representas un reto para Elba Esther. AMLO sí.
No me desanimé y seguí buscando. Analizando, escuché que te presentas como alguien con mucha experiencia gobernando. Te creí y busqué cuántas campañas habías ganado. Cuántos puestos de elección habías logrado por tus propios méritos. ¿Y qué me encuentro, amiga? Que cuando fuiste Diputada, fuiste pluri. Y aunque me duela, es verdad lo que dice Roberto: no conoces la responsabilidad de estar al frente en el Ejecutivo; pues nunca has sido ni Alcaldesa ni tienes logros qué presumir gobernando una entidad federativa. Sorprendentemente, y nos guste o no, con dos títulos de Mejor Alcalde del mundo en su equipo, AMLO sí.
Ahora sugieres la idea de que por ser mujer, nos va a ir mejor en caso de que tú seas Presidenta. Lo dices en todas partes, y para serte franca, al principio me encantó. Creí que era lo que hacía falta. Como loca empecé a buscar datos para demostrárselos a todas mis amigas pensando que con eso finalmente iba a convencer a muchas; pues todas somos mamás, hijas y hermanas. Pero sabes, después de buscar y buscar como no tienes idea, nunca pude encontrar alguna propuesta, algún discurso, algún punto en el que antes de ser candidata defendieras a las mujeres. No encontré ninguna propuesta de género, de equidad sexual, o contra el maltrato, la violencia y la discriminación laboral y social de la que, no nos hagamos amiga, aún somos víctimas las mujeres. Me duele, pero después de investigar tu labor, he terminado por aceptar que ni hay sustento para creer que nos irá mejor a todos, ni lo hay en lo particular para las mujeres. Es una pena, pero a pesar de ser hombre, en esta materia, con AMLO sí.
Cuando ya no pude encontrar mucho sustento, empecé a defender al Partido. A Felipe, no le ha ido tan mal, pensé, así que la continuidad tiene que ser un argumento. Comencé a buscar logros, de esos que uno puede sacar en la mesa. Que hay estabilidad macroeconómica. Que hay millones en reservas. Que ya no se devalúa el peso. Me duele, pero te juro que no pude convencer a nadie con ellos porque la mitad de los electores, mis hijas incluidas, ni siquiera entienden la magnitud de esto porque nunca han vivido con un Presidente del PRI. El resto, en mi trabajo por ejemplo, me cuestionaron de inmediato que muchos de esos “logros” ni son del PAN, y que por el contrario, son más producto de la suerte y otros tantos de la autonomía del Banco de México.
Por si fuera poco, me preguntan que si quiero seguir pagando por colegiaturas tan caras sabiendo que mis hijos probablemente ni encontrarán dónde trabajar o por cuánto. Me preguntan qué se siente que mi primo Mario, sin palancas, no haya podido encontrar trabajo porque “ya tenía 47 años” o qué se siente que a mí no me hayan dado crédito en el banco para pagar el recibo de gas que no me dejó seguir con mi sueño de la pastelería.
Tienen razón. Me encantaría creer que tú Jose eres “diferente”, pero a muchos no se les olvida que por haber sido Diputada, y sobre todo, por haber estado en el Gabinete de Fox y en el de Calderón, eres co-responsable de esta crisis que vivimos, sino es que hasta cómplice. Me molesta aceptarlo, pero no eres diferente y no vas a poder cambiar lo mucho que no funciona en este país porque, cuando pudiste hacerlo, no lo hiciste amiga. No sabes cómo me duele aceptarlo, pero es mucho más probable que AMLO sí.
Y ya cuando mi esperanza era muy pequeña, prometes que tienes un amplio grupo de asesores, intelectuales y académicos apoyando tu plataforma de política pública. De 5 nombres que has sugerido, 3 se han deslindando inmediatamente de ti y uno más hasta colabora con Mancera en su candidatura por el DF. Me duele, pero por lo que demuestras con esto, jamás podrías convocar a un Gabinete de altura para los impresionantes retos que tiene el país. Nos guste o no, AMLO sí.
Amiga, te aprecio mucho y valoro que hayas llegado hasta aquí como no tienes idea. Reconozco tu fuerza y tu insistencia, pero hoy he decidido aceptar lo que muchos me dijeron desde hace meses: no vas a ganar y votar por ti es como darle un voto a Quadri, al PRI o a Elba Esther.
Hoy te pido perdón por dejar tu barco cuando más se hunde. Lo bueno, es que a pesar de las dudas que aún tengo, comprenderás que por amor a México, el voto útil que voy a ejercer, habrá valido la pena. Sé que tú harías lo mismo.
Con cariño,
Nina Fernández de la Garza
Empresaria y Filántropa
San Pedro Garza García, Nuevo León

domingo, 17 de junio de 2012

Carta del 1 de julio del 2012 del Excandidato a la Presidencia Mexico por el movimiento de regeneracion




Queridos amigos:

Ayer se tomó una decisión en México. La poca gente que salió a votar (el 40% del electorado), tomo una decisión. Hay que reconocer que esas personas representan a México, legal y moralmente, y su decisión es inapelable, y reconozco su voluntad y sus deseos como servidor publico por cerca de 40 años de trayectoria. México es un país hermoso, llamado a la gloria de la Historia. Muy pocos países tienen ese honor y esa distinción y México, deberá, aún con todos sus miedos, acudir a ese llamado ineludible.

Durante dos siglos México ha luchado contra los fantasmas de su inconsciente, contra un padre cruel y una madre sumisa, contra el doble mensaje del hijo bastardo y el representante digno de las Américas Latinas. Se ha construido de las ruinas del imperialismo, de la ignominia del cacicazgo, del olvido de los pueblos que habitaron estas tierras y del sentimiento confuso hacia su raza mestiza. Pero también ha crecido a la sombra de una tierra cariñosa y fértil, de corazones apasionados, de mentes brillantes y creativas.

Ha sido una lucha errática en la cual, nosotros, sus hijos, hemos buscado desesperadamente constituirnos como un organismo auténtico, democrático y republicano enfrentando, desde las ideas escolásticas con las cuales nuestra civilización surgió como nación, hasta la corrupción inherente a esta doctrina. Esta lucha ha dejado millones de muertos a lo largo de los siglos: ha dejado guerras frente a España, frente a Francia, frente a Estados Unidos. Hemos perdido medio cuerpo y, peor aún, no han destrozado esa confianza de que podemos ser ese destino lleno de gloria para la Historia del Mundo. Durante doscientos años hemos luchado contra la iglesia como institución absolutista del siglo XVIII; contra el imperialismo mundial del siglo XIX; contra la angustia y paranoia geopolítica y económica del siglo XX y el caos social del siglo XXI. No encontramos aún la forma y el fondo que exprese esa identidad mexicana. Octavio Paz no pudo estar más equivocado al evocar a la Chingada como símbolo del mexicanismo: desconocía las guerras contra Estados Unidos, las guerras contra Francia, contra España; desconocía lo complejo de la guerra de Reforma que se llevo a cabo a mediados del siglo XIX a la cabeza de Benito Juárez; subestimó, también de forma absoluta, que la ideología de los hermanos Flores Magón, nunca fue una ideología sino el hálito de vida de una nueva generación dedicada a la revolución del pensamiento mexicano; subestimó a los caudillos, a los bandidos revolucionarios; subestimó al ejercito; subestimó el poder de los generales. Enajenado con su oligarquía escolástica no fue capaz de ver que alternamente a la Revolución Mexicana se construía un mexicanismo basado en las promesas de la ilustración, aun cuando este ha sido opacado por el barroco escolástico del yugo de nuestros fantasmas. Creyó resuelta la crisis de identidad del mexicano en una ecuación psicoanalíticamente compleja llamada Chingada, pero nunca pensó que no era el significado, sino el significante lo que importaba. Detrás de la Chingada se esconde ese principio de gloria del mexicano que construye, no sin tropiezos, su destino, un destino inevitable.

Creo ser honesto al decir que creí, siempre lo he creído, que México estaba listo para aceptar ese destino. Y me duele aceptar y reconocer que me equivoqué. En días pasados México decidió postergar su destino, dejarle esa difícil tarea a las generaciones venideras. México es fuerte; y fuerte como es, soportará estoicamente la rapacidad, la corrupción y la miseria de los gobiernos que hemos elegido. En estos días México ha decidido permanecer igual, dejar que el destino apriete un poco más la correa de la necesidad y la desesperación. Pero veo en esto mayor fuerza para que, cuando el destino nos alcance, podamos tomar augustamente el llamado que tenemos.

Yo, lamento decirlo, me veo obligado ante la tristeza, a hacer lo que han hecho muchos mexicanos durante décadas y lo que muy probablemente harán cientos de miles de mexicanos en los próximos años. Me duele dejar la patria en la crecía, la patria a la que amo profundamente; pero me duele más ver las cosas que suceden; me duele ver la miseria a cada esquina, en cada institución; me duele más ver las muertes absurdas; me duele ver la desigualdad descomunal y la rapacidad de nuestros gobernantes, la falta de escrúpulos de esos que prefieren pisar una cabeza, que apoyarse en unas manos para alcanzar sus objetivos. Dejo México pero sabiendo que su energía está viva, que su fortaleza es indestructible y que un destino de grandeza nos alcanzará a pesar de nosotros mismos.



Atentamente:



El Excandidato a la Presidencia de México por la regeneración de México.

jueves, 7 de junio de 2012

Respuesta de Mauricioab a Gomez Leyva en relacion a Tercer Grado y AMLO el 6 de junio


(Copio y pego el texto íntegro de un cibernauta apodado mauricioab, en contestación a una extraña editorial de Milenio de Ciro Gomez Leyva)

AMLO en Tercer Grado:
Antes de la pelea, Televisa a través de Leopoldo Gomez intenta curarse en salud, publicando un informe sobre su cobertura informativa, afirmando que no ha beneficiado a Peña y ha cubierto por igual a AMLO, este responde que el tiene otro informe que dice lo contrario...
Primer Round: encuestas, AMLO dice que ademas de la de Reforma, tiene una interna que ya lo coloca por arriba de EPN, Ciro se sube al ring, afirmando que su encuesta Gea Isa es la mejor, siendo la que mas ventaja da a EPN, AMLO dice que esta copeteada y que en 2006, al Director de esa encuestadora en pago  por manipular las encuestas, le dieron la Dirección del Cisen, Ciro calla y Leopoldo Gomez cambia el tema, aunque también falto decir que al dueño de Gea Isa, Jesús Reyes Heroles, le dieron la Dirección de Pemex...
Segundo Round: Fraude, varios se suben al ring para repetir, una y otra vez, si AMLO va a reconocer el resultado electoral, este responde que si lo va hacer, que a diferencia de 2006, esta elección si se van a cuidar las casillas, por lo que va haber representantes en todas las casillas y se tendrá certeza del resultado electoral...
Tercer Round: Charolazo, Adela Micha necea con el caso, AMLO demuestra que el no tuvo nada que ver, que el audio esta editado y no fue presentado completo por el Universal, para que no se escuchara la parte donde Creel deslinda a AMLO, con el fin de golpearlo políticamente fuera de todo principio periodístico, Micha se altera y grita que le responda, al grado que Leopoldo Gomez y Marin le dicen que ya le respondieron y le quitan la palabra...
Cuarto Round: Loret de Mola, enjundioso desde antes, mandando tweets provocadores, dice que vayan al fondo, habla de que la pobreza y corrupción en el DF en tiempos de AMLO aumento, este dice que miente, que en el DF la pobreza extrema se ha disminuido y efectivamente, según el CONEVAL se ha reducido mas del  50% de 2000 a 2010, gracias a los programas sociales, pone el ejemplo comparativo del DF con el Estado de México de Peña, en este ultimo hay 1,240,000 personas en extrema pobreza comparados con los 190,000 del DF según el mismo CONEVAL, Loret calla, se pone rojo del coraje y se desvía del fondo,sacando lo clásico cuando no pueden, Bejarano!, afirmando que todavía colabora con AMLO, este revira y lo llama mentiroso, dice que presente pruebas si las tiene, si no, que no calumnie, Loret no vuelve hablar en toda la noche...el gran derribe de la noche.
Quinto Round: "No nos metan en el mismo costal", Trujillo y Maerker se deslindan de su compañeros, el primero dice que el no esta con Peña, AMLO lo reconoce y dice que así viene en el informe que trae, Denisse dice que no es títere de nadie, mientras que los otros callan ante el deslinde de sus compañeros...es tan obvio su amor por Peña.
Se acaba la pelea, pues AMLO se adueña del ring, expone propuestas, le habla al publico, no a sus interlocutores, que hace 15 días dejaron a Peña hablar intencionalmente, sin interrumpirlo, ayer AMLO los repliega ante su ataque descarado del principio, ya nadie pone en tela de juicio su honestidad, reitera, aunque sus inquisidores no lo entienden, su mensaje principal, el país necesita un pacto de todos los mexicanos, solo así saldremos adelante de la actual crisis, evidentemente le habla a los independientes y a los indecisos, con un tono mesurado durante toda la noche, sin exaltarse, persuadiendo, contrarestando efectivamente la guerra sucia...
Lo que se deberían estar preguntando sus adversarios el día de hoy, sobretodo Televisa, es porque a AMLO no lo han destruido, tal vez si comenzaran a pensar que no se trata solo de un personaje, si no de millones de mexicanos, encabezados por un liderazgo honesto y congruente con un proyecto, se darían cuenta que el sesgo permanente contra este personaje no funciona, al contrario lo fortalece..

jueves, 19 de abril de 2012

La política de Masa: a propósito de ejemplo Barack Obama

Cuando, hace ya casi cuatro años, los americanos eligieron al primer presidente negro: fue un hito histórico no sólo porque fuera negro Obama, sino porque sus apellidos eran del medio oriente y porque representaba la promesa constitucional de una igualdad en derechos y obligaciones. Es decir, votaron por el valor que creyeron –y creía el mundo entero– carecía Estados Unidos. También representa un hito moral de la masa, como lo fue Kennedy que era católico o Reagan que era actor, aunque hay que decir con justicia que Kennedy y Reagan, comparados con Obama, son minúsculos y de significancia moral hasta pueril. El negro de apellidos musulmanes representaba los principios más fundamentales de la Carta Magna americana: libertad e igualdad de derechos. Se trató, a mi parecer, del hecho más emocionante de la política de masas en la historia republicana. Al final, no votaron por el Estado, votaron por la imagen(representación) que estaba bastante dañada tanto en el ámbito externo pero también interno: la de un país democrático, la de una república, representada más allá del Estado.

Constantemente pienso en las particulares circunstancias de dicho suceso. Desde siempre, como Estado constituido, se ha sabido el carácter intervencionista e imperialista de EUA. Por lo menos en el exterior. Dentro y fuera se mostró la imagen del líder social que habría de establecer la democracia y paz mundiales a pesar de la insensatatendencia de algunos pueblos o algunos personajes a contradecir la voluntad democráticamente inalienable de los pueblos. Cuando se crea la Guerra Fría, América tomó el rol principal en la protección de lo que ellos llamaban democracia, como sinónimo del derecho inalienable del capital privado por sobre todo lo demás, aún los derechos humanos.

El capitalismo y el socialismo se erigieron como doctrinas políticas bajo argumentos que se filtraban en un estamento erosionado por la confusión de lo que constituye una república y lo que constituye un Estado. Con el paso de los años, el exterior percibió con mayor hostilidad las acciones americanas pero algo sucedía en EUA, que no se daban cuenta de ello. Para el americano promedio, y la gran mayoría de los americanos, su país era un libertador y un luchador de las causas democráticas en el mundo, ergo, amados por el mundo. (Y es que resulta curiosa la lógica occidental del capital –desde Los Ángeles, pasando por la Habana, Madrid, Moscú yhasta Shanghái– como una dialéctica del bien privado como justicia de derecho y soberanía inalienable y el bien público como justicia de derecho y soberanía inalienable, así aplicado al capitalismo salvaje americano o al comunismo totalitario cubano –de qué jodidos se está hablando ¿?).

Sin embargo algo pasó en EUA. La creación del internet comenzó a volver la comunicación un hecho global y masivo, ya no sólo controlado por un grupo de poderosos que difundía internamente una imagen benévola y libertaria de EUA, sino difundido por la Masa en bites, en bandas anchas y ondas satelitales. Pronto el americano promedio comenzó a notar que había una hostilidad global y fundamentada hacia EUA y que las naciones, en general y no sólo de los comunistas y fascistas,tenían una percepción completamente diferente acerca de ellos de lo que ellos pensaban de sí mismos. El once de septiembre del 2001 ciertamente fue un hecho que conmocionó al americano que, ya para entonces, comenzaba a pedir mayor atención hacia el interior y menor injerencia en los problemas mundiales (a justo decir que existía ya una consciencia parcial de esta situación). Y fue peor aún, cuando se dieron cuenta que en la mayoría de los países se celebró dicha tragedia, no en el ámbito oficial, pero sí en las redes sociales, en los blogs, en los chats, en los dominios de la masa económicamente activa. “¿Por qué nos odian?”, se preguntó el americano que cada vez tenía mayor acceso a las opiniones mundiales a través del internet. Las voces se levantaron: “¡Tiranos, represores, violadores de los derechos humanos, asesinos, impostores!”. El americano comenzaba a entender la verdadera imagen de su nación frente al mundo.

(Sí, hablo de valores y moral, y estoy dejando fuera toda la parafernalia económica que erosionó la política hasta mezclarse la primera con la segunda y viceversa, dando por entendido que aceptamos y disculpamos la confusión que se desarrolló después de las doctrinas de Marx y Engels, alimentadas aún más por Peter Kropotkin, Maynard Keynes o Karl Popper).

El americano es un pueblo peculiar: raramente cuestiona las acciones de sus representantes, y menos de su presidente. Existe una idea generalizada de que el presidente hace lo mejor para la nación. Su margen de pensamiento de acciones se mueve entre dos partidos que, curiosamente, representan políticamente lo mismo: demócratas y republicanos. Y su juicio se da en relación a su bienestar subjetivo y los valores y moral que los medios dictan (para ejemplos están Nixon y Clinton); y lo que ellos conocen como política no es más que una acción dirigida a la determinación del Estado al servicio del beneficio de aquel que ostenta el capital como hecho de justicia.

Es indudable que la situación económica del 2006 y 2007 jugaron un papel fundamental en la decisión del americano, pero ya en el 2004, cuando Bush contendió contra Al Gore, EUA se encontraba en una situación económica bastante peligrosa desde varios años atrás, y bajo el gobierno republicano. Y ganó Bush nuevamente –aquí también hay que mencionar que Florida, el estado Bush, le dio la victoria final al republicano de forma sospechosa–. Todo se calmó y nada pasó. Los republicanos continuaron gobernando bajo la consigna ilusoria de defender a América de las amenazas totalitarias. Las voces se alzaron nuevamente: “¡No más sangre por petróleo! ¡No más torturas en Guantánamo! ¡No más invasiones a países que se encuentran al otro lado del mundo!”

Hago un paréntesis: Si con Vietnam hubo un movimiento de consciencia social, me atrevo a decir que fue porque el gobierno lo permitió, e inclusive lo generó, al no ver más ventajas de mantener un costoso ejército en el lejano oriente y sí observar profundos problemas políticos, y potencialmente más peligrosos que lo poco que ganaban económicamente, en la región y dentro de su país. Pero al Lejano Oriente, le siguió Centroamérica y Sudamérica, África, el Medio oriente. También un estilo muy diferente de agresión se desarrolló, basada en guerrillas, que resultaba ser mucho menos costosa, menos vistosa, y generaba mejores resultados para los propósitos económicos y sociales (¿?) americanos.

La realidad, ante estos hechos, es que dentro de la estructura política americana no hubo ningún cambio ni en forma ni en fondo desde la segunda guerra mundial –quizá antes– hasta el 2008 en que gana Barack Obama las elecciones presidenciales. ¿Por qué un cambio de tal magnitud en EUA? No sólo fue la victoria de un demócrata, de un negro, de un hombre de nombres musulmanes. No fue sólo la promesa de mejorar la situación económica, de cambiar las estrategias «políticas globales». No. Hubo un impulso mucho más profundo en la mentalidad de la gente que hizo que votaran por un cambio aparentemente tan radical. Lo más emocionante fue ver el asombro en el mundo al ver ganar a Barack Obama la presidencia. Nadie lo podía creer.

Y nadie lo podía creer porque en el fondo todos sabemos que no se trató de cambios de rumbo económico o de las relaciones exteriores de Estado. Nadie lo podía creer porque el pueblo americano había mostrado al mundo una cara que nunca se hubiera podido creer que tuviera: la de la masa política. Eso fue radical. Ya el hecho de que, comofigura pública, «política», Obama prometiera dimes y diretes, pasaba a segundo plano. La esperanza surgió en el cambio de un valor fundamental: en la multiplicidad que supone la posibilidad –aunque sólo sea eso– de un futuro y mostrar una disposición a las transformaciones de las estructuras cognitivas de un pueblo que parecía creer saberlo y tenerlo todo. ¡Eso fue lo fascinante de las elecciones del 2008! Un negro hawaiano, de ancestros africanos y musulmanes, a la cabeza de la nación más poderosa del mundo. Eso no fue otra cosa más política de masa; auténtica y definitivamente escasa política de masa.

martes, 3 de abril de 2012

De la república de la manada al absolutismo de la masa


¿Qué se hace cuando se hace política? ¿Cuándo un republicano dice ser republicano y un demócrata dice ser demócrata? ¿Qué quiere decir eso? ¿Qué acaso no estamos hablando de republicas? ¿Estados Unidos de América, República Mexicana, República Islámica de Irán, República Popular China? ¡Vaya tomadura de pelo eso de las repúblicas! Y es peor aún con las monarquías parlamentarias como Inglaterra. O peor aún, aquella farsa política de una República Demócrata Alemana (RDA) y una República Federal Alemana (RFA) ¿Qué diablos querían decir esos tipos? ¿No son acaso los federalistas también demócratas? La política es un inmenso río que deviene: nunca se es lo mismo –diferentes aguas–, pero siempre se es el mismo río. ¿Qué se hace realmente cuando se hace política? ¿Qué hace diferente a un americano republicano de un americano demócrata? Risas. ¡Es ridículo! Y más ridículo porque está escrito en los libros, porque es Historia: La Historia de la Política de lo ridículo y redundante.

Yo soy un republicano: a mi saber, creo en la justicia y el derecho. También soy, dicho de paso, creo, un institucionalista dado que creo que las instituciones son el cimiento de una república fuerte; así también soy demócrata porque creo en el poder el pueblo para elegir sus gobernantes y proclamar sus normas y leyes a través de las instituciones que nosotros mismo creamos. Aun más, en el sentido político, soy liberal porque me rijo bajo el pensamiento de las libertades individuales y el derecho pero también soy conservador dado que creo en mi nación y en mi patria. Lo único que no soy, en relación a los partidos mexicanos es lo de revolucionario. No hay nada de revolucionario en la ideología partidista de los partidos mexicanos. Pero tampoco hay nada de republicano en el partido republicano americano ni nada de demócrata en el partido demócrata. Basura.

Pero, a mi saber, del PRI (Partido Revolucionario Institucional), del PRD (Partido Revolucionario Democrático), y del PAN (Partido Acción Nacional), soy institucional, demócrata y nacional aunque esos tres partidos no tengan nada de institucionales, de democráticos o de nacionales.

Ahora bien, toda esa oratoria ecuménica, quizá guardaría sentido si, hubiese una monarquía absolutista o gobiernos centralistas. Pero eso, creo, es de hace muchísimo años (200 años o más) y no tiene sentido actualmente. ¿Por qué, entonces, se utiliza? Y no sólo como referencia cotidiana sino como símbolo de anexión o preferencia política. Bobos. La política es un circo de sin sentidos, o de sentidos abstractamente concretos; a decir de Freud, exactamente esquizofrénicos.

Existe otro gran problema al tratar de abordar desde la perspectiva histórica la evolución de la política, no sólo en México, sino en el mundo entero. Y es el de que nunca ha existido en sí una política como tal; movimientos sociales sí, el de independencia americana, las republicas francesas, el imperialismo británico. Pero si uno ve detenidamente, no hay nada de político en ello, es económico o social, meramente económico o social, y una partida de ideólogos no hablando de política sino de economía o, en el mejor de los casos de sociología. La gran inflexión mundial, la del socialismo, es una doctrina económica no política; las republicas francesas fueron un movimiento social sin estructura política: de ahí que no hubiera una sino cuatro repúblicas francesas. Aun más, el conservadurismo derechista de Margaret Thatcher… ¿no fue acaso de la mano de la era más neoliberal que haya existido jamás?

Ha mi entender que la política no es más que la justificación racionalizada del uso de la fuerza de coerción para el servicio de intereses económicos o sociales de grupos. Y sí, otorga legitimidad, y más legítima es y más poderosa se vuelve en tanto menos política se es. Como ha sido siempre. Y no soy anarquista ni nihilista. Simplemente veo lo que veo. Como lo he dicho arriba, políticamente, soy republicano, liberal y demócrata. O dicho de otra manera: soy, soy, soy. Ahora es entendible porque es políticamente correcto cambiar de partido en partido, o de idea en idea: de ser nacional a privatizarlo todo; de ser institucional a corromper toda institución; de ser demócrata a promover las revueltas sociales e inclusive la violencia.

Lo interesante de todo esto es, nuevamente, el sentido de esos intereses que obedecen a causas de todo tipo menos políticas. O más interesante aún es sí realmente puede existir una causa política per se.

Dice Aristóteles que somos un animal político… bueno, en cuanto a esa doctrina del derecho y la moral. La nobleza de Aristóteles es hermosa y lo cito: “La investigación en torno a lo que debe ser el bien y el bien supremo parece pertenecer a la ciencia más importante y más arquitectónica… … Y esta parece ser la política”. El mismo, en Política, dice después: “Es evidente que existe una ciencia a la que corresponde indagar cuál es la mejor constitución, cuál, más que otra, es adecuada para satisfacer nuestros ideales, cuando no existen impedimentos externos, y cuál se adapta a las diferentes condiciones para ser puesta en práctica. Ya que es imposible que muchos puedan realizar la mejor forma de gobierno, el buen legislador y el buen hombre político deben saber cuál es la mejor forma de gobierno en sentido absoluto y cuál la mejor forma de gobierno en determinadas condiciones.” Ya sea como doctrina del derecho y la moral, ya sea como Teoría del Estado, el arte del buen gobierno empieza justamente por, pareciera ser, el Logos; o dicho más coloquialmente en lo que hace del hombre potencia en su estar siendo. Entendiendo de esta manera la política es perfectamente explicable por qué no tiene sentido y lo dice todo cuando en realidad no dice nada.

Pero esto es en sentido lingüístico y filosófico. Aterrizar este concepto a la práctica política es mucho más complejo. Hacerlo al nivel de la política mexicana es aun más complejo. ¿Y donde empezar para entender la política actual? Y decir, ¿a partir de los privilegios de quién inicia la política mexicana? ¿A partir de la Reforma de Benito Juárez? Economía no política; sociología no política. ¿Cómo es que se enfrentaban conservadores frente a liberales? ¿Conservadores de qué, liberales de qué? Y Juárez con sus leyes de reforma… ¿qué eran entonces esos que se hacían llamar republicanos conservadores que no reconocían ni la ley ni el derecho ni la igualdad de los mexicanos frente a la ley? Y aun hoy, que hay de esa igualdad de ley y de derecho, sólo una subrogación de fueros hacia otro grupo de poder… Pero Benito Juárez hacía política y la hacía también Maximiliano que era tan republicano o más que Juárez aun siendo de la familia de Hamburgo.

¿O sería a partir de la Revolución Mexicana? ¿Explicarla a través de los científicos, del problema de la sucesión, del cuadillismo hasta la instauración de la institucionalización de los poderes? Francisco Bulnes diciendo que los indios son una raza inferior, José Limantour y el derecho de clases y sus profundos nexos con la clase empresaria extranjera o el mismo Vasconcelos con su xenofobia americana y su nacionalismo centralista. ¿Qué eran estas personas: republicanos, liberales, conservadores, nacionalistas? ¡Ah! Aun por ahí merodean Creel y Reyes defendiendo su linaje patriota.

Y a pesar de todo ello, no podemos más que aceptar que fueron peones en un juego de poder, en una Teoría de Estado de causas multiples excepto políticas. Todos ellos: Limantour, Bulnes, Bernardo Reyes, Adolfo de la Huerta. El propio Victoriano –pobre estúpido traidor que creyó que era un hombre político. Pero lo mismo fue Santa Anna que fue mucho más patriota que Francisco Madero. O Reyes que nuestro ícono revolucionario Emiliano Zapata.

La complejidad de la política mexicana, y de los pensadores que creaban un Estado, no obedecía a las fuerzas de un ideal de Estado sino a una ideología económica o social: como el racismo y nepotismo científico, o las políticas económicas de los hermanos Flores Magón –al final títeres. Y Madero títere, Huerta títere. Adolfo de la Huerta títere, Obregón y Calles, títeres. O el caudillismo zapatista de repartición de tierras. Pobres imbéciles.

Habría que explicar la evolución práctica de la política a partir de un hecho moderno: la multiplicidad. Sólo mediante la multiplicidad es posible entender y lograr ese salto gigantesco para escapar de la dialéctica del absolutismo y la república, para comprender una política que se mueve en todos los sentidos y permita, sin la menor suspicacia, que coexistan demócratas, republicanos, conservadores y liberales.

En el sentido de la política, la multiplicidad es un salto gigantesco porque logra escapar de la dialéctica que ya carecía de significado. Es decir, frente a la abolición del absolutismo como concepto genérico, y el surgimiento de la república, la multiplicidad permite que la política se mueva en todos los sentidos que quiera sin la menor suspicacia acerca de lo engañosa que es. La multiplicidad, es decir, permite que coexistan demócratas, republicanos, conservadores, liberales. Sí, la creación de ese sustantivo, como dice Deleuze, sería decisivo para escapar a la oposición abstracta de lo múltiple y lo uno, para escapar de la dialéctica y poder pensar lo múltiple a niveles de un Estado puro, no unidades totales perdidas, sino a futuro. Así Russell y Bergson, hablarían de multiplicidad para escapar de la opresión de la dialéctica que no tiene sentido en la política, ni en la física, ni en nada humano. Nuevamente: ¿Republicanos contra demócratas? ¿Qué diablos quiere decir eso?

Pero tampoco eso es suficiente: había que encontrar la forma de hacer una distinción entre los comportamientos uniformes, divisibles pero en igualdad de sus miembros; de los comportamientos más pequeños y discretos, también divisibles mucho más dispersos y desiguales que escapan de la totalización. Así Elías Canetti hace una diferencia entre la masa y la manada. Los científicos porfirianos son una manada; el sindicato de trabajadores al servicio de la educación son una masa.

Entonces tenemos manadas haciendo política, pero también masas haciéndola: masas sigilosas, aparentemente desinteresadas, malignas. Baudrillard les llama el maligno objeto genio de la masa. Sí, en algún momento el hombre político cree que tiene a la masa, que la dirige, que la mueve a su voluntad. Lo que no sabe, pobre diablo, es que la masa gobierna; el objeto domina al sujeto voluntarioso, cargado de todo ese logos político, toda su volición, toda su fuerza, su potencia, no sirven de nada frente a la masa que es esa multiplicidad esquizofréniforme.

Comte descubrió esa característica política y, al observar su complejidad, decidió inventar una nueva ciencia y llamarla sociología. Pero el que Comte fuera lo suficientemente inteligente como para no meterse en problemas y preferir hablar de esa política como sociología, no por ello significa que no exista el hombre político, puramente político del que hablan dulcemente Platón y Aristóteles, aun cuando sea filosofía, esa ciencia que ya no sirve para nada y que es un lujo, como diría un tío –gran economista por cierto pero no político–, de la provincia. No en vano la política actual es de neoliberales expertos en su materia: la política debía evolucionar a multiplicidades: expertos en sociología agraria, sociología urbana, de guetos; expertos en economía monetaria, en economía crediticia, en economía presupuestaria. Pero aun así no se llaman sociólogos agrarios, ni economistas presupuestarios. ¡No! Debe ser: política agraria, política presupuestal o monetaria.

Mi pregunta, en un sentido amplio, es que tiene qué ver eso con la Teoría del Estado, con el hombre político y las doctrinas del derecho y la moral. Verán que el político es un hombre en extinción y la política, como ciencia primordial del bienestar humano, ya no existe. Y en cierta forma no es el problema el hombre político, sino a lo que ha devenido como líder de manada, y a lo que ha devenido la manada y a lo que ha devenido la masa en sí, como ese genio maligno del objeto de acuerdo a Baudrillard dentro de la necesidad de multiplicidades que puedan explicar esos absurdos como república, democracia, federalismo, liberalismo –y sus diferentes ramas en el sentido político no económico–, nacionalismo y globalismo.

Verán, Vasconcelos no era un hombre de Estado, era un filósofo y escribe esta monumental obra de política llamada La Raza Cósmica. Especie de diario, sin embargo en ella habla de las cualidades de esa nueva raza que ya sentía venir en Brasil, en Chile, en Argentina; y también advierte de los peligros y necesidades de los hombres políticos deben enfrentar. Aun siendo un diario, y aun siendo discretamente racista, aborda superficialmente el problema de la Teoría de Estado. Quizá era un libre pensador que aborrecía las instituciones a las cuales servía; quizá por ello estuvo viajando tanto tiempo.

Por el contrario Bulnes era un hombre político, justifica la política en el sentido actual de la palabra –como justificación del uso de la fuerza para la coerción–. Justificó el porfiriato, justificó el racismo hacia el indígena como hombre político. Pero también como hombre político era sólo un títere que se escondió en Cuba tras el fracaso de la sucesión de Madero y que regresó a escribir con su desafortunada elocuencia cuando Adolfo de la Huerta intentó conciliar los grupos de poder mexicano. También como hombre político intentó, en su momento, conciliar, mediante el uso de la política, los grupos que buscaban la sucesión sin éxito: ni el grupo regio ni los científicos estaban dispuestos ha ceder en pro de la tranquilidad y la seguridad del Estado. Pero hay algo peculiar de este hombre de manada, que por un momento lo hizo líder, y es cuando reconoce la necesidad de sacrificar los privilegios de los grupos de poder para salvar las instituciones políticas –el ejecutivo, el legislativo y el judicial– aun cuando ello implicó el alejamiento de los principales líderes de la elite mexicana. Al final Bulnes tuvo razón: Reyes fue asesinado, Madero asesinado, Limantour huyó a refugiar sus demonios en la cuna de la república; también el ejecutivo desapareció temporalmente entre una cruenta guerra de caudillismo, y los poderos judiciales y legislativos sufrieron gravísimos retrocesos que aun actualmente se están pagando.

Cuando, en México, hablamos de política hablamos de todo y de nada; hablamos de lo que está a la vista: corrupción, pobreza, falta de liderazgo; pero también de lo que esconde en las profundidades, la masa como objeto maligno que reboza en confianza, que ha desarrollado su propia Teoría de Estado basada en el cinismo y la ilusión de una pasividad. La multiplicidad sigue ahí bajo la forma de partidos sin ideología, sin un sentido literal de la política; los hombres de manada han desaparecido para dar lugar a las nuevas figuras –héroes de acción– que funcionan al modo que la masa desea. Pobres tontos: creen que se aprovechan de la masa cuando es la masa quien los devora y los mueve a su antojo. Porque verán, cuando se trata de política, la masa es dueña absoluta –en el sentido político. Lo demás, todo lo demás, no es más que ilusión: república, democracia, liberalismo, nacionalismo. Eso nunca existió, y si lo hizo, fue hace muchísimo tiempo. Así, no existe tal cosa como republicanos, ni demócratas, ni siquiera instituciones. Hay absolutismo. Lo absoluto del genio maligno del objeto, de la masa.

Psicopatología caracterológica de las instituciones mexicanas

Vasconcelos, en su libro La Raza Cósmica, culpa al cesarismo latino del fracaso latinoamericano frente al triunfo anglosajón. No sólo culpa a España y Portugal, sino a la misma Francia que, al ceder los territorios de Luisiana, le dio el golpe final a los latinos en el nuevo mundo, permitiendo que los anglosajones conquistaran el pacífico, facilitando la anexión de Nuevo México, Arizona, California y Texas. El análisis de Vasconcelos busca comprender el fracaso de la latinidad en América, explicar la falta de identidad y cómo la derrota ideológica del sajonismo sobre el latinismo puso las primeras columnas del fracaso latino en América. Vasconcelos pone entre los muchos ejemplos al mismo mexicano y su orgullo independentista, sin darse cuenta de que su independencia no se hubiera dado sin los movimientos en otros territorios latinos de América, o aún en la misma Europa. El mexicano, dice Vasconcelos, entiende su identidad ajena a todo lo que le rodea, con una especie de caparazón que niega los orígenes culturales verdaderos del mexicano por sobre los territorios que logra independizar. Porteriormente hablaría sobre la verdadera latinoamerica: Chile, Brasil, Argentina, Pero eso es otra historia. El mexicano, decía Vasconcelos, entiene su identidad ajena a todo lo que le rodea, de ahí, también, que la identidad mexicana sea estéril y vacua, no se distingue ni en los antecedentes españoles ni en los antecedentes indígenas, sino únicamente en el mestizaje, se identifica sólo en sus raíces, ajeno a la raza roja o los latinos europeos. El mexicano, reflexiona Vasconcelos, carece de un sentido claro de identidad, producto de su mismo ser latino como de los conflictos tanto en América como en Europa –España, Portugal, Francia por una parte e Inglaterra como representante de sajonismo. Y ciertamente no es desconocido para nadie la difusión de identidad del mexicano: lo aborda lo mismo Octavio Paz que Heriberto Yépez recientemente por citar a algunos entre cientos. Nuestra literatura fantástica tiene también grandes obras donde se aborda el concepto de identidad mexicana.

En Pedro Páramo se retrata de una manera llena de simbolismo, con una estructura pulida, esta suerte de repetición del fantasma. Y vamos que Juan Rulfo no era psicoanalista ni su libro es un libro con una estructura psicoanalítica. Se trata de un libro de descripción de la personalidad de un pueblo, de su organicidad y organización psíquica pero en ningún momento se decanta por las pulsiones ni los conflictos. Y sin embargo subyacen a la estructura del libro, no porque sea la intensión consciente del autor, sino porque el tema que trata es la personalidad de un pueblo, de un pueblo dentro de México, del propio México llamado . El inconsciente colectivo es incapaz de dejar fuera de sus ecuaciones semióticas estos procesos de construcción de la personalidad. Ya sea en un individuo, o en un colectivo, cual sea éste, existe un proceso formativo del aparato psíquico que llamamos comúnmente personalidad.

Existe un tipo de brutalidad pasiva en la novela Pedro Páramo, no sólo en su fondo sino en su forma. La construcción de la novela, con una temporalidad difusa; sus personajes fantasmagóricos; y el final –¡que magnífico final!– dan cuenta de una escisión cualitativa de toda narrativa, de toda construcción histórica que termina por quedarse en la soledad y el vacío de la estructura límite –borderline. Porque a final de cuentas, todo cuanto se da en relación a México es en relación a sus estructuras y cómo estas estructuras se relacionan simbióticamente entre sí. Desde la llegada de Miguel al pueblo bajo una ceguera hasta la consciencia de su muerte. Pero en todo este proceso se han de tocar los tabús de la sociedad mexicana –y el mayor tabú, el de su cotidianeidad– para ir desmenuzando ese páramo que simboliza la existenciaridad mexicana en donde al final lo innombrable se manifiesta fatalmente.

Frecuentemente escuchamos decir a nuestros políticos, a nuestros analistas políticos, a nuestros amigos en las charlas de café, de ciertos grupos de poder que buscan su beneficio y que se sirven de políticos que sin escrúpulos ceden a las presiones de esos grupos de poder para mantener su estado privilegiado. Nunca he dudado de esto. Sin embargo debo aceptar que no tengo la menor idea de quién es este grupo de poder que se esconde en las sombras como demiurgo decidiendo el destino del país y que usa como marionetas a nuestros gobernantes, legisladores y cortes de justicia. Al final quizá porque, como sucede en Pedro Páramo, todo sea una imaginación de conspiraciones, de situaciones y sean, en realidad, sus propios muertos los que vivan esa pesadilla cotidiana de soledad y aislamiento, víctimas y victimarios de su situación. Quizá no hay futuro en México porque, al igual que en Pedro Paramo, la temporalidad para el mexicano no tiene un carácter histórico: es sólo una aldea muerta en donde todos están muertos, incluso el narrador, y sus calles y campos son recorridos únicamente por las ánimas y los ecos capaces de fluir sin límites en el tiempo y en el espacio como dice el propio Rulfo de su novela.

martes, 24 de enero de 2012

De la revolucion mexicana al Estado fallido actual

Seamos claros. La revolución mexicana no dejó nada bueno al país: los objetivos sociodemocráticos fallaron, la institucionalización del Estado se volvió un nido de corrupción e impunidad y aún el desarrollo económico e industrial quedó supeditado a las políticas americanas y los intereses de compañías monopólicas que no tenían el interés de un desarrollo social. El proyecto de nación del PRI se mantuvo gracias a la enorme maquinaria que construye el Estado de empresas paraestatales, empresas estatales y burocracia. Cuando termina el gobierno de López Portillo, e inicia el tacherismo y las políticas más activas del gobierno mexicano en relación a la dirección social e económica del país –que nuevamente repito, se vislumbraba desde lo dicho por Luis Echeverría– comienza una crisis política interna dentro del partido en el poder. Las corrientes más liberales, asociadas con los empresarios, comenzaron una política privatizadora mientras que las corrientes conservadoras del partido seguían defendiendo el charrismo y pugnaban por el control estatal de diversos sectores estratégicos. Podríamos decir que la política neoliberal fue iniciada por Miguel de la Madrid, ejecutada por Salinas de Gortari y consolidada por Ernesto Zedillo. Fueron épocas de suma violencia tanto dentro, como fuera del partido. Hubieron ejecuciones, encarcelamiento, y golpes directos a hombres altamente influyentes en la política nacional (tanto políticos como empresarios). El último esfuerzo de una democratización social del país se quedó en los sueños de un presidente incapaz de entender las políticas económicas de los 70’s y 80’s: López Portillo.
La política neoliberal tenía la característica única de que cualquier interés social era determinado por su utilidad económica. El desarrollo de infraestructura en México era parte necesaria de un proyecto de nación que buscaba la apertura económica de un país cada vez más asfixiado en su propia mediocridad y mandar un mensaje de prosperidad al mundo para promover las inversiones. Se trata de un intento también en parte de alejarse un poco de la dependencia absoluta al mercado americano. Nadie puede negar el desarrollo profundo que se dio a nivel social en México durante la época de los doctores en economía. Una pregunta siempre será qué tan buena o mala fue la decisión de tomar ese camino. Desde mi punto de vista, las políticas de Salinas y Zedillo permitieron que México estabilizara una economía en bancarrota, que lograra una globalización económica de la inversión y se consolidaran las grandes industrias mexicanas. Por el otro lado se aumentó el gasto social inútil, sin fomentar el desarrollo social sustentable, se afectaron los derechos laborales y se polarizó mucho más la sociedad. Hubo un remate de compañías a personas privilegiadas afines a los políticos en turno, esto aún en los mandatos de Vicente Fox y Felipe Calderón. De hecho, los gobiernos del PAN no han sido más que una continuidad ignorante de las políticas cuidadosamente dirigidas de los presidentes priistas. Democráticamente hubo cambios parciales, especialmente en los estados con mayor desarrollo social como el Distrito Federal, Nuevo León y Guadalajara. El gravísimo error de los presidentes keynesianos fue no prever que el Estado estaba controlado por grupos poderosísimos tanto sindicales como empresariales, así como por la influencia de los Estados Unidos. Nuevamente quiero pensar que tanto Salinas como Zedillo, obraron con las mejores de las intenciones en términos de nación. El FOBAPROA, tan criticado por el pueblo y los opositores, es una pulga comparada con el rescate americano de los Quantitative Easing americanos; la desarticulación de varios sindicatos poderosos, entre ellos el de la Quina, era necesario para poner un ejemplo de la nueva actitud del ejecutivo frente a los “poderosos”. El encarcelamiento de Raúl Salinas también fue un mensaje de una visión de gobierno que se oponía al maniqueísmo tan de costumbre en nuestra nación. En este sentido, nuestro Estado ciertamente se volvió más democrático y moderado en sus posturas, su economía abandono su estructura liberal pura para permitir una intervención más concreta y dirigida de los Pinos.
La entrada del PAN al gobierno es ambivalente: significa el fin de una dictadura tiránica pero también el comienzo de un Estado de ingobernabilidad, de mediocridad y de continuidad ignorante de las políticas liberales. El principal problema de los gobiernos panistas fue su pobre entendimiento de las políticas liberales de los priistas, y la idea de un retorno a liberalismo al estilo de Adam Smith. Al PAN no se le puede perdonar el retroceso profundo en políticas económicas, sociales y políticas. Si él PRI previo a López Portillo se había caracterizado por una política de no intervención económica pero con un control social radical; y si al PRI posterior a López Portillo se le caracterizo por una apertura controlada de la economía y una flexibilización de las políticas sociales; con el PAN se da un liberalismo absoluto y un descontrol social y político sin precedentes. Vicente Fox dejó detrás de sí una crisis social profunda, un desaliento y una sensación de frustración. El gobierno tuvo que gastar muchísimo dinero y usar todo el aparato político del Estado para lograr que Calderón saliera “triunfante” en las elecciones del 2006. Viejas prácticas políticas priistas con una nueva forma de gobierno: la de la ineficacia. Pues, los pequeños logros priistas en términos de democracia se fueron para abajo con la entrada del PAN al gobierno; los logros en términos de apertura económica y mejoría de las finanzas se fueron al suelo. Tanto Fox, como Calderón, han mostrado que no tienen definido una visión de nación y que actúan por la inercia de sondeos y las presiones de aquellas personas que los favorecieron en sus campañas. La gobernabilidad en México está ausente: no hay democracia, no hay una estructura social cívica y no hay una política económica a largo plazo.
Sí, la revolución no dejó nada más que sueños; inició la era de las instituciones corruptas y del charrismo; del maniqueísmo y de la represión. No hubo cambios democráticos ni sociales. El PRI dejó tras de sí una estela de dinosaurios hambrientos de poder y le abrió el paso a un gobierno que nos tiene sumidos en un estado fallido. El futuro es negro. Un regreso del PRI al poder significaría la emergencia de la tiranía dinosaúrica o, el retorno de las políticas salinistas que provocaron levantamientos en medio país; mientras que la continuidad del PAN en el gobierno podría significar el inicio de una nueva revolución con mucho más muertos de los que actualmente se han reportado.