martes, 3 de julio de 2012

Carta a Andrés Manuel López Obrador



Licenciado Andrés Manuel López Obrador:

Usted, como hombre educado, inteligente, de ideales profundos y compromisos morales sabe que a veces se gana y a veces se pierde. Pero sabe también que no es lo mismo ganar o perder que ser un ganador o un perdedor. Usted ha hecho más cosas por México que nadie desde las épocas de las construcciones institucionales del País. Usted ha definido la identidad de México, le da ha dado un sentido y un proyecto. Esto a pesar de que no sea el presidente de México. Usted es un ganador porque ha unificado no sólo los corazones de los que creen en usted, sino de sus propios enemigos, que queriendo o no, han descubierto que usted representa el futuro de México, que usted es el símbolo de la grandeza mexicana. Quizá no se note a simple vista, pero sus proyectos y su lucha germinan no sólo en los partidos progresistas, sino también en los partidos conservadores como el PAN y el PRI, e inclusive en los partidos de cascajo y cháchara como el PANAL y el PVEM. Usted, a pesar de no haber ganado la presidencia de México –por las razones que sean: el fraude del 2006; la campaña sucia y el lavado de cerebro del proyecto Hancock–; usted, repito, es el referente de progreso, de libertades cívicas, de democracia y de fraternidad,; aun cuando sus enemigos sonrían de satisfacción, no se dan cuenta de que el germen de la democracia lo ha dejado a lo largo de su carrera presidencial en México, incluyendo en ellos, que lo desprecian. Es usted un triunfador, un ganador que ha ganado y ha perdido; perdió cuando en el 2006 subestimó a los poderosos y no dialogó con ellos como candidato; cuando decidió, en lugar de aprovechar su enorme popularidad para generar instituciones alternativas de movimientos sociales, decidió plantarse y abandonar a una izquierda que sin usted no tiene referencia. Pero ganó, porque ha habido un impresionante avance en la consciencia ciudadana, los jóvenes tienen un interés que antes no tenían, se ha logrado el triunfo en Tabasco que es un golpe fuerte al PRI y en Morelos; su proyecto crece del centro hacia el sur y se expande, no sin las dificultades de una plutocracia y oligarquía que no piensa en el país sino en el dinero. A pesar de ello, usted logró que hoy el movimiento progresista, y las llamadas izquierdas sean el segundo grupo de poder representativo en el país. Pero eso sólo es lo tangible: detrás de eso está el germen revolucionario que ha sembrado. Un despertar que se percibe no sólo entre las clases medias y pobres, sino también entre los ricos que comienzan a entender que México puede vivir una democracia, alternar y prosperar. Su lucha fue titánica: no sólo tuvo que enfrentar a un candidato fabricado desde el 2005 con recursos ilimitados sino que además debió rehabilitar una imagen de intolerancia que le persiguió después del fraude del 2006. Como Ave Fénix resurgió de las cenizas para poderle dar nuevamente a las izquierdas aquello que perdieron cuando usted dejó de dirigirlos y que se vio en las elecciones intermedias. Hoy toma el control de dos gobiernos importantes y reafirma el gobierno del Distrito Federal; hoy hace parte de la alternancia dos Estados que históricamente han vivido la corrupción en su más alto nivel y con marginación política increíble: Morelos y Tabasco. Usted debe reconocer que ha hecho por México lo que no se había hecho en siglos. Lo que usted representa va más allá de la farsa de una revolución malograda. Usted ha traído inteligencia y crítica a un pueblo enajenado por la corrupción histórica.

            Es usted un ganador por su convicción social y política, por su familia –tuve la fortuna de leer la carta que escribió su esposa para los medios escritos– y resulta evidente que es una formidable mujer, tan fuerte y valiente como usted. Lamento que aquellos sueños de desarrollo nacional no puedan llevarse a cabo. Estoy convencido de que todo ello hubiese sido posible y a la larga nos pondría en el lugar de grandeza que se merece México. Pero aun así, utilizando su inteligencia, puede lograr que esos proyectos vean la luz y germinen hasta ser fuertes. No permita que la frustración, que la corrupción, haga que nuevamente abandone un proyecto que ha generado tanta riqueza política, intelectual y social. Deseo de corazón que asuma su calidad intachable de líder social, político y moral para continuar trabajando por México y con México. Hoy más que nunca, México necesita a una persona de sus capacidades, vigilante y crítico. Aproveche los logros que tiene para construir un movimiento progresista perdurable y que no desaparezca entre protestas, descalificaciones y desesperación. Sea como sea que haya ganado el PRI, la realidad es que nada lo va a cambiar. México no necesita más sangre; ya Felipe Calderón nos ha regalado más de 60 mil muertos, México no necesita más división, de eso ya se han encargado los medios de comunicación corruptos y al servicio de un cada vez más estrecho grupo de hombres poderosos. Lo invito a pensar en México para el Mundo; en el Mundo para México; en nuestras comunidades indígenas, en nuestros cinturones de miseria tan abundantes, en nuestra cada vez más miserable clase media, en nuestro pequeños y medianos empresarios y también, por qué no, en aquellos empresarios que han logrado llevar el nombre de México alrededor del mundo.

            Repito que usted es el gran ganador de estas elecciones. Lo fue antes de que se supieran los resultados. No va a ser presidente, por lo menos no en el 2012, pero tiene frente a usted el poder que no tiene Carlos Slim, que no tiene Elba Ester Gordillo, y que, ciertamente no tiene Peña Nieto. No lo desprecie por la frustración de un fraude. Usted mejor que nadie sabe que México así ha funcionado por siglos, pero también, sabe, que usted ha cambiado eso de manera significativa. Y que lo que los mexicanos pensamos que era imposible, usted lo logró a pesar de tener al cuarto poder en contra, a pesar de tener al gobierno en contra y a pesar de los fantasmas de sus errores persiguiéndolo.

Usted es un gran hombre, único, incomparable históricamente. Espero que sepa utilizar su poder para hacer grande a México y no para dividirlo.